jueves, 3 de julio de 2008

Carta al sol.

Antes de que te vallas e ilumines a otros, ven y escuchame, tu lo as visto, tu eres testigo...

Cada que me han sumergido en tinieblas, cada que vivia de noche sin importar tu presencia, muchos me an alsado y animado, pero que hago yo? caigo, caigo y vuelvo a caer !!
He hablado con la luna, y ella solo calla, eh hablado con las estrellas y solo sonrien, eh reunido a los sabios y no me han escuchado, y ahora tu solo resplandeceras y tampoco daras respuesta.

Quiero salir, quiero pelear, sabes q pocos me detienen! sabes que pocos me doblan, pero entre ellos estoy yo, y yo soy el primer obstaculo, yo que eh logrado vencer tantas cosas menos esto...

Si! esto, maldito amor, maldita soledad, me eh llegado a enamorar de ella, ja! lo suficiente para empesar a odiarla, Tu que vez desde ahi, que me dices de esto eh ? acaso soy yo el tonto? quiza, pero quiero ver que alguien me lo diga de frente.

AL despertar mañana talvez te vistas de rojo, la sangre correra, pues si el amor me vence, el odio querra hacerlo tambn, pero quienes se an creido? no, no podran.
Quiero salir y gritarle a la luna mi dolor, me escuchara acaso?ahora quiero que el odio que he controlado, emerja de mi, y deshacerme todo, de todo rastro de amor que encuentre de mi
No me ha servido de mucho sabes? solo para saber que se siente tener dolor, Pero bueno, que sabras tu de eso?

Nos vemos al amanecer.

Monologo de un lobo al amor y el odio.

¿Amor? Si, si te conozco,
Yo te conozco, y te conozco bien,
pues en mi, el odio existe,
y se que es capaz de hacer,
Por lo tanto te conozco bien

Del odio al amor no hay un paso,
hay un milagro, milagro
que solo ustedes dos
pueden hacer.

Odio; acaso tú, no consumes
a tu portador con dolor y desesperanza,
lo fatigas y lo colmas de ti,
haciéndote necesario para el,
y tu que me dices Amor,
acaso no haces lo mismo.

Ambos pueden ser tan fuertes
como el portador lo sea,
ambos entran sin previo aviso,
ambos se imponen y no hacen preguntas,
los conozco y los conozco bien.

Yo he odiado con toda mi furia,
y he amado con la misma,
¿mi fuerza?, solo diré que no soy débil,
odiando destruí y maté,
y yo con ellos,
amando me destruyeron y mataron,
y nadie conmigo.

Solo ustedes, mis fieles acompañantes,
Solo ustedes, acompañan a quien solo esta,
a la sombra de un recuerdo: al Lobo Blanco
sean conmigo, pues gemelos, hijos del Grande.




Ávila Altamirano Daniel.
El Lobo Blanco